REFLEXIÓN 1; Literatura infantil.
Primer día de clase. Asignatura de literatura y educación
literaria. Muchos, comenzaron el curso con una idea de literatura bastante
equivocada, una idea de algo pobre y aburrido, algo que relacionaban
directamente con fechas, autores y poco más. Parece ser que esta es la idea que
habían formado a lo largo de su vida académica. A diferencia de estos, yo creo
que tuve suerte con los profesores de lengua y literatura que me he cruzado en
mi camino. Siempre me ha gustado leer, no todo tipo de literatura, pero soy
bastante abierta en este sentido. Y reconozco que a lo largo de esta asignatura
he aprendido mucho acerca de literatura, no solo literatura infantil, sino en
un concepto mucho más general. Para realizar el blog es inevitable una tarea de
investigación bastante amplia; búsqueda de blogs, bibliotecas, resúmenes de
artículos etc.
Comenzamos sorprendidos con la diferencia entre literatura y
paraliteratura. Algo que creo que todos desconocíamos. Y que por cierto, me
gusto mucho descubrir.
Dentro de lo que hemos visto en este bloque, en el que
obviamente se destaca por encima de todo la importancia de la lectura, me quedo
con la esencial tarea que tienen los profesores a la hora de llevarla a cabo.
En primer lugar, lo fundamental que es saber hacer una buena selección de la
literatura que presentaremos a nuestros alumnos; hemos de tener en cuenta sus
intereses, conocer a nuestros alumnos, y nunca olvidar que lo más importante
para que un libro nos guste es la identificación. Igual que lo es para nosotros
los adultos, para ellos es imprescindible sentirse identificados, ponerse en el
lugar del otro, ser capaz de imaginarte en situaciones semejantes etc.
Y al hilo de esto, resalto el hecho de elegir literatura que
haya sido escrita pensada y destinada para niños. Actualmente, como comentamos
en clase, hay mucha literatura que usamos con los niños y realmente se escribió
para adultos. Es importante que la literatura que ofrecemos a nuestros alumnos
sea literatura que verdaderamente vaya a engancharles, lo que inevitablemente
coincide con que este escrita para su edad, con sus intereses, adecuado para su
proceso evolutivo etc.
Al margen de esto, dentro de lo que hemos visto en este
bloque, también me parece importante la parte
en la que hablamos de que hay que tener presente cuando ejerzamos
nuestra profesión, la necesidad de mostrarles a los alumnos todo tipo de
textos; tanto literarios como no literarios, que sepan discriminar unos de
otros. Y sobre todo, no olvidar que además de la prosa, existen dos géneros
literarios fabulosos como son la poesía y la dramática. Esto es algo que
comentamos en clase, en lo que yo no había caído nunca. Simplemente no me había
parado a pensarlo y es la realidad. La gran mayoría de colegios, no trabaja
apenas ni la poesía ni la dramática, no como se debería al menos, esto es algo
que he confirmado en mis practicas, en los libros de texto vienen escasos
apartados con este contenido, los profesores no se detienen en esta parte como
lo hacen con la prosa, y es igual de importante.
Mirando atrás, pensé en mis años de primaria, y pensando en
mis propias experiencias infantiles, verdaderamente no he trabajado ni la poesía
ni la dramática en condiciones y por eso ahora, me desenvuelvo mucho peor en estos
dos géneros literarios. Y no por falta de ganas, la poesía es algo que me apasiona,
cuando ahora de mayor, leo poesía, me da rabia haberme perdido eso en mi
infancia. Por esto precisamente, no me gustaría quitarles esta oportunidad a
mis futuros alumnos.
Y por último, lo más importante de
todo; el objetivo de la literatura no es aprender, sino disfrutar. Esto es algo
que hemos repetido por activa y por pasiva en clase, y a lo que después de
todo, le doy mucha importancia. Realmente pienso que esta es l clave que hace
que infinidad de niños no cojan gusto por la lectura, el gran problema está aquí,
muchos tienen la lectura como una obligación, deberes o tarea para casa y esto
no conecta bien con el verdadero sentido de la literatura; disfrutar. Tener la
lectura como algo que nos hace gozar y sufrir, nos enriquece y nos transforma,
nos entretiene, nos relaja, algo que en definitiva nos divierte. Desde mi punto
de vista al menos, este es el problema. Me di cuenta cuando lo hablamos en
clase y lo he confirmado en las prácticas.
No hay que pensar en la lectura
como algo que amplia nuestro vocabulario, mejora nuestra ortografía, aprendemos
las estructuras sintácticas, algo que fortalece tanto la expresión oral como la
escrita, enriquece nuestra capacidad de organizar conceptos, pensamientos, ideas,
sensaciones y sentimientos, y transmitirlos. En mi opinión, todo esto son
beneficios que sin duda nos aporta la lectura, pero nunca debemos de caer en el
error de pensar que todas estas enseñanzas son el objetivo de la lectura. Porque
repetimos una vez más, el objetivo de la literatura no es otro que el de
entretener y hacer disfrutar. Y además de esto, si, hay muchos otros beneficios
detrás de ella, no solo lingüísticos, hay muchos que hasta dicen que te hace
ser mejor persona. La literatura consigue hacernos reflexionar, desarrollar la
memoria, la capacidad de observación y la de análisis, y nos obliga a poner
atención, a concentrarnos. Promueve nuestra curiosidad y nos despierta nuevos
intereses y aficiones.
También he leído, que al estimular nuestros sentimientos y
emociones, la lectura provoca el desarrollo de nuestra sensibilidad artística,
del sentido estético, de la creatividad y de la capacidad de apreciar, y
disfrutar el entorno.
En varios artículos he podido ver que la tendencia mayoritaria
es hacia una literatura menor: una literatura que no se plantea conflictos y
que busca llegar a un sector mayoritario de lectores con gusto literario poco
formado y escasamente exigente. Me parece algo a destacar. Dicen muchos que la escritura
actual es, en general y eficaz, y los
autores no tienen interés por innovaciones formales, así como tampoco por
revisar el pasado o buscar temas que se salgan de los tópicos manejados
comúnmente para niños. Con esto, me gustaría hacer referencia, a la importancia
de analizar bien los textos para seleccionar correctamente aquellos que
queramos usar en el aula con nuestros alumnos.
Comenzare, haciendo referencia a una de las evidencias que
dejo ver en su artículo Anabel Sáiz Ripoll. Y es la manera en la que la literatura, tanto
infantil como adulta, al igual que cualquier otra manifestación artística ha
ido reflejando a lo largo de su historia; el ambiente, la situación y el
contexto en el que se ha ido encontrando. Y esto como dije en alguna reflexión
anterior es algo precioso que nos deja la literatura. Desde mi punto de vista
es preciosa la manera en la que una realidad histórica se disfraza de esta
literatura destinada al mero disfrute y entretenimiento del lector.
Y
no solo esto, es increíble como a través de esta literatura infantil podemos
ver muy claros los cambios que sufre la sociedad a lo
largo de la historia con respecto a su pensamiento acerca del niño modelo que
se tiene. Esto me ha impresionado, he podido ver la función tan evidente de
algunos cuentos de crear niños de una determinada manera, con unas determinadas
características, expectativas, intereses etc. Es interesante ver como algo que
parece y que realmente se hace con una intención meramente artística, para
entretener y hacer disfrutar a los niños pueda suponer tantas otras cosas
esenciales que repercutan en la formación de una sociedad.
Por otro lado, y en un plano completamente diferente, quizás
más enfocado a las prácticas, quisiera hacer referencia a la evidencia de que
aquellas familias en las que se le da importancia a la lectura, escritura, y a
la forma de hablar, ofreciendo amplias y calurosas oportunidades para la lectura
de libros de cuentos, tienden a crear hijos que desde muy temprano son niños
competentes en la lectura. Esto es algo que ya sabía, es algo que se estudia y
que está más que demostrado.
Me gustaría hacer especial hincapié en este tema, la mayoría
de mis prácticas las he pasado en primero y segundo de primaria, cursos en los
que empiezan sus primeros pasos en este camino de la literatura infantil. Y
dejando al margen casos específicos de niños con problemas, y fijándonos en
niños con todas sus capacidades, hay diferencias brutales entre unos y otros.
Me preocupe de preguntar a quienes mejor leían, 6 niños en
concreto y todos ellos, tenían madres que no trabajaban, o padres con un
horario laboral muy desahogado (lo que
equivale a más tiempo para dedicar a la formación y educación de sus hijos), y
que leían con ellos cada día. Eran siempre niños cuyos padres se esmeraban en
crear un ambiente donde se gozara de diferentes lecturas y donde se comparten
libros etc.
Personalmente, esto último, es a lo que más importancia le
doy. Es fundamental que involucremos a nuestros niños en un ambiente de lectura
para conseguir niños competentes en la vida; en cuanto a las emociones, los
sentimientos, la comunicación con los otros etc.
Perfecto.
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