domingo, 6 de enero de 2013

Tema 5, creación literaria.


Tema 5, creación literaria.

VERSO:

Faltó una profesora uno de mis días de prácticas. Los niños tenían una hora sin nada muy importante que hacer y aproveche para hacer un poema con ellos. Eran niños de primero de primaria. No les conocía. Les conté cual iba a ser la estructura (decidí hacer el típico de "mi mama...") y lo entendieron perfectamente.
La verdad es que elegí este tipo de poema porque me pareció lo más sencillo y les vi tan pequeños...

Salió esto:

Ellos quedaron muy contentos. Aun teníamos tiempo. Y haciendo el poema, un niño me dijo algo de un acrónimo. Ya estaba más segura con ellos, y decidí ponerme manos a la obra. La palabra la elegí yo; SENTIMIENTOS. 

PROSA:


Esta parte de la actividad la hice con mi clase de prácticas. Estaban emocionados. No están acostumbrados a hacer cosas muy diferentes.



Primero, selección del tema;



Cada uno escribió en un papelito de que quería que fuera el cuento que íbamos a hacer. Leímos todas las propuestas e hicimos votación.



Salió esta:



"Una mariposa quería ir a un hotel y tenía que ir por un sitio muy peligroso y ella no lo sabía entonces fue muy contenta"



 Como podemos ver, aun no hacen oraciones correctamente, pero ya teníamos una idea. 



Ahora, queríamos saber el nombre de la mariposa. 

Saque a cuatro niños a la pizarra y escribieron cuatro posibles nombres para la mariposa. Estos eran:



ROSA, ROCIO, ALEJANDRA, CARACOLITA.



Hicimos la votación, yo decía el nombre de la mariposa y ellos levantaban la mano.



Alejandra: 0

Roció: 5

Caracolita: 1



No tiene nada que ver, pero como en la clase anterior habíamos trabajado problemas de sumas y restas, aproveche y hicimos un problema juntos.



En una clase había 25 niños. Tenían que ponerle nombre a una mariposa y votaron entre todos. Si Alejandra tiene 0 votos, Roció 5 y Caracolita, ¿cuántos votos tiene Rosa?



Datos Operación Solución.



19 niños habían votado a Rosa. Por lo tanto, nuestra mariposa se iba a llamar Rosa.



Ya teníamos nombre. La clase se nos paso volando, pero después del recreo, volvíamos a tener clase juntos.

Se encontraron la clase con las mesas colocadas por grupos. Había 5 grupos. Les enseñe una portada que hice, y un principio y un final. Ellos iban a escribir la trama del cuento. Entre todos, hablamos de posibles aventuras, todos dieron sus ideas, y a partir de una tormenta de ideas inmensa íbamos apuntando las mejores y más adecuadas para nuestro cuento en la pizarra. Llegamos a tener el cuento casi hecho. Teníamos ya todas las ideas. Dividimos entre 5 las ideas. Y cada grupos, tenía que redactar su parte y dibujar. A través de mi ayuda y la de mi tutora  conseguimos que redactaran bien el cuento. Los niños están felices de tener el cuento en su clase. Esta en un archivador, y todos quieren llevárselo para enseñarlo en casa. Este fue el resultado:











Ya habiendo realizado las dos primeras partes de esta entrada; verso y prosa, ahora toca la parte de DRAMÁTICA. Pensé en varias posibilidades, inventarme un pequeño episodio teatral, adaptar una historia que me contaban de pequeña… Pero he terminado pasando a dramática un cuento precioso desde mi punto de vista, y que tiene mucho significado para mí. Se titula así; “Quizás él sólo quería darle animo”.

Personajes:
-         -  Narrador
-         -  Martín. (Enfermo 1)
-          - Josecho. (Enfermo 2)
-          - Enfermera.

“Quizás él sólo quería darle animo”

Narrador: Dos hombres, gravemente enfermos, iban a ocupar la misma habitación de un hospital. Nada más podían moverse una hora cada tarde para drenar los fluidos de sus pulmones. 

Martín: ¡Has tenido suerte, te ha tocado la cama de la ventana! Encerrados en estas cuatro paredes se necesita ver el cielo tanto como respirar.

Josecho: Si quiere, en la revisión de la tarde, cuando vengan las enfermeras, pedimos que cambien las camas. No tengo problema. 

Martín: ¡No me llame de usted hombre!, que vamos a ser compañeros de habitación quien sabe hasta cuándo. Y lo del cambio de cama ni hablar, le ha tocado a usted y lo justo es que usted disfrute las vistas.

Josecho: Insisto, si tan especial es para usted, digo… para ti, las cambiamos. 

Martín: Que no hombre que no, pero ni hablar. Lo justo es que las disfrutes tú. La verdad, es que después de tantos hospitales y dolores ya poco me importan las vistas y todo.

Narrador: Martin, llevaba mucho tiempo enfermo y ya estaba cansado y triste.

Martín: Aunque…

Josecho: Dime, dime.

Martín: Igual si podrías hacerme un favor.

Josecho: Por supuesto, todo lo que esté en mi mano, dime.

Martín: Seria magnifico que por las tardes, en la hora de reclinación, me contaras que ves tras la ventana. A pesar de estar perdiendo el interés por casi todo, la naturaleza no deja de apasionarme.

Josecho: ¡No lo dudes, estaré encantado de compartir y comentar las vistas! Por cierto, ¿cuál es tu nombre?

Martín: Martín, me llamo Martin. ¿Y tú?

Josecho: Yo me llamo José, pero desde pequeño nadie me llama así. Todo el mundo me conoce por Josecho.

Narrador: Después de las presentaciones vino la comida, mas tarde algo de descanso hasta que llegara la enfermera a cambiarles la medicación y avisarles de que comenzaba la hora de reclinación.

TOC-TOC-TOC

Enfermera: Buenas tardes señores, ya pueden comenzar a moverse, recuerden que sobre todo las extremidades inferiores. Cualquier cosa que necesiten, solo tienen que apretar el botón, ya lo saben.

Josecho: Gracias.

Narrador: Pasados unos minutos…

Josecho: Pues que sorpresa, no pensé que esto seria así. ¿Conocías esta parte del hospital?

Martín: No, ¿por qué? ¿Qué tiene de especial? Sera como todos, un poco de hierba y poco mas... ¿Cómo está el cielo? Gris, ¿no? Porque no entra mucha luz…

Josecho: Si, gris, pero está precioso. Y no, no es como todos. Estoy maravillado, esto es fantástico. Hay un lago precioso, y tiene patos, aunque son tan bonitos que casi diría que son cisnes. Hay muchos niños jugando, y parejas enamoradas que pasean de la mano. Alrededor del lago, hay miles de flores, flores de todos los colores, y hay un árbol que… No sé, no sé que tiene pero no puedo dejar de mirarlo, es alto y frondoso a más no poder.

Narrador: Josecho, desde la ventana, le describía a Martín el paisaje con todo lujo de detalles. Cada tarde, Martín, podía cerrar sus ojos e imaginar tan pintorescas escenas. Cada vez recuperaba un poco más de su ánimo, y no se sabe si por esto o porque su recuperación avanzaba a pasos agigantados.

(Pasados unos meses)

Enfermera: Josecho, vengo a por usted. Le trasladamos a rehabilitación.

(Después de la despedida y unos días)

Enfermera: ¡Listo! Ya tiene puesta la medicación de la tarde. Luego vendré a cambiársela.

Martín: Un minuto señorita, podría ser que me trasladarán a la cama que está cerca de la ventana.

Enfermera: ¿Quiere estar donde estuvo su compañero de habitación Josecho?

Martín: Si, justo. ¿Podría ser?

Enfermera: Claro, no hay problema, puedo cambiarle ahora mismo si quiere.

Narrador: Y así lo hizo. Martin, ansioso por comprobar con sus propios ojos la cantidad de maravillas que le había descrito Josecho, esperaba a que llegara la tarde.

Enfermera: Buenas tardes señor, ya puede comenzar a moverse, recuerde que sobre todo las extremidades inferiores. Cualquier cosa que necesite, solo tiene que apretar el botón, ya lo sabe.

Martin: Uy, ¡¡señorita señorita!! ¡Enfermeraaa!

Enfermera: Si señor, dígame. ¿Pasa algo?

Martín: ¿Que ha pasado aquí?

Enfermera: ¿Aquí donde?

Martín: Aquí, en la ventana. ¿Qué hace esta pared de ladrillos aquí? ¿Están de obras?

Enfermera: No señor, esta ventana siempre ha estado tapiada.

Martin: No puede ser, ¿está usted segura?

Enfermera: Completamente, pero… ¿Qué pasa? ¿A qué viene tanta sorpresa?

Martín: Josecho, mi compañero, me contaba lo que veía cada tarde tras esta ventana. No entiendo nada.

Narrador: Martin preguntó a la enfermera que pudo haber obligado a su compañero de cuarto a describir tantas cosas maravillosas a través de la ventana. La enfermera le contesto que ese hombre era ciego y que, por ningún motivo, el podía ver esa pared.

Ella dijo:
-          “Quizás él sólo quería darle animo”.


      Como he dicho antes, este cuento siempre me ha parecido precioso. Me ha gustado mucho pasarlo a este género literario. Me gusta, no tanto como para una pequeña representación teatral sino para leerlo. Creo que es genial para leerlo en clase. Y comentarlo. Creo que nos enseña verdades muy profundas del comportamiento humano, y que con él podemos hablar de temas muy interesantes con los niños.

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